No actuamos y sentimos de acuerdo a como son las cosas, sino de acuerdo a la imagen mental que tenemos de ellas y ésta está basada en nuestra interpretación. Percibimos la realidad con nuestros 5 sentidos que son limitados y luego la interpretamos en base a nuestros filtros mentales creados por la educación, cultura, religión y demás. Tenemos una memoria donde almacenamos imágenes de nosotros mismos, el mundo y la gente que nos rodea y nos comportamos como si esas imágenes fueran reales en vez de lo que realmente representan.
Necesitamos realizar un inventario preciso y analizar el contenido de nuestra autoimagen si realmente queremos ser co-creadores de nuestra realidad.
Nuestra imaginación se conecta con cada uno de nuestros actos, por lo tanto, viene condicionada. Debemos practicar la imaginación creativa. Cuando establecemos la foto de nuestro objetivo ya realizado, nuestro mecanismo neuronal empieza a trabajar de forma automática.
Cuando actuamos y fracasamos, no es por nuestra voluntad, sino por nuestra imaginación condicionada por el pasado relacionada con nuestras creencias.
El tipo de personalidad del infeliz fracasado no puede desarrollar una nueva autoimagen gracias a su voluntad o por su sola decisión. Debe haber ciertos motivos de peso, justificación, razones por la cual decida que esa autoimagen es errónea. Debe haber un fuerte y potente ¿PARA QUÉ? Y luego crear una autoimagen apropiada y complementaria con su para qué.
Cuando comenzamos a confiar en nuestra imaginación (visión), será el síntoma de que nos estamos volviendo creadores a imagen y semejanza del creador.
Nuestro estado anímico determina nuestra “suerte” más que nuestra “suerte” determina nuestro estado anímico. Y nuestro estado de ánimo al ser fluctuante lo debemos complementar con una actitud de hierro. Éste es uno de los valores que nos deberían enseñar desde pequeños para ser seres íntegros.
La fórmula consiste en sentir el estado anímico que tendría con mi sueño ya realizado, ¿cómo sería?, ¿cómo me sentiría?
Debes asumir ser la persona que quieres ser, vivir como tal y sentirte como si realmente fuese así.
La imagen que tenemos en nuestra mente de nosotros mismos nos está condicionando permanentemente nuestra realidad.
La intención psicológica de la autoimagen no es crear un humano poderoso, arrogante y vanidoso. Esta imagen no es realista, está creada por mi yo inferior, mi ego.
Nuestra misión es conectar con nuestro verdadero yo y crear esta imagen mental alineada a éste.
Visualízate actuando y reaccionando apropiadamente, de manera exitosa, idealmente. Crea esa imagen tan vívida y detallada como sea posible, ¿cómo eres?, ¿con quién te rodeas?, ¿qué haces?, ¿cómo lo haces?, ¿cómo te comportas? La idea no es crear una autoimagen ficticia desde el ego, sino desde tu YO IDEAL, el real alineado a los objetivos y valores que éste representa.
Para nuestro cerebro, tanto si lo imaginamos o lo vivamos realmente es exactamente igual. A medida que practiquemos esta visualización con tu yo ideal, nuestro sistema nervioso creará las nuevas vías neuronales que, por medio de la repetición, las terminará aceptando como un hábito y nos dirigirá a actuar consecuentemente hacia el logro de nuestro objetivo, mi yo ideal.
Este ejercicio creará nuevas memorias y finalmente una nueva imagen de ti mismo.
La reacción que tenemos a consecuencia de nuestro mundo exterior, nos muestra nuestra identidad.
Nuestra autoimagen va a evolucionar a medida que cambiemos nuestras creencias limitantes por potenciadoras.
Recuerda lo que piensas acerca de ti cuando fracasas, cual es el lenguaje que utilizas al referirte a ti mismo. Lo que una persona piensa de sí mismo determina su realidad.
Existe un estudio de comportamiento humano titulado “identidad y roles” y nos dice que cumplimos muchos roles en la vida (familiar, social, laboral, marital). En la sociedad donde vivimos parece que, si fracasamos en algún rol, somos unos fracasados y no es así. Este modelo nos muestra que, si fracasas en alguno de estos roles, simplemente estás fallando en ese rol exacto y lo puedes corregir. Debes analizar los errores cometidos y cambiar tus procedimientos y si no sabes cómo, existen infinidad de libros, artículos y expertos en diferentes temas que te pueden ayudar a ser mejor en lo que sea que quieras mejorar.
Si vivimos una vida donde no estamos conformes con la persona que soy, mis relaciones, situación financiera, etc, significa que todavía no somos la persona adecuada que pueda conseguir los resultados que busca y esto está directamente relacionado con mi autoimagen.
Es imposible crear una nueva autoimagen mientras no la sientas dentro tuyo de forma real. Existe una frase en inglés dentro del desarrollo personal que dice “Fake it till you make it” y significa finge hasta que lo consigas. Personalmente creo que es muy buen recurso siempre y cuando te lo creas realmente, consciente e inconscientemente.
En el libro Psicocibernética de Maxwel Maltz explica que mucha gente tiene cicatrices emocionales sin haber sufrido físicamente y el resultado en la personalidad es el mismo que si tuviera cicatrices físicas.
La gente que ha sido herida en el pasado ha creado “callos” que protegen a su ego de heridas futuras. Estos callos no solo la protegen de quienes los han herido anteriormente, sino de todos, creando así barreras emocionales.
Cuando nos sentimos inferiores es a consecuencia de juzgarnos y medirnos a nosotros mismos con relación a otros. Deberíamos medirnos con nuestras normas y con respecto a nosotros mismos, procurando ser mejor de lo que fui ayer.
Como dice Carl Gustav Jung “Lo que resiste persiste y lo que se acepta se modifica”. Se trata de aceptarnos de una vez por todas, no somos perfectos y somos falibles, pero podemos mejorar y trabajar para ser quien realmente vinimos a ser, alineados con nuestro yo ideal.
