LA GRAN HABILIDAD DE TOMAR DECISIONES

Ante todo, debemos saber que una decisión es un simple proceso mental que te puede llevar a solucionar enormes problemas. Utilizando nuestro cerebro racional podremos analizar los pros y contras y decidir. También podemos decidir desde nuestra intuición, lo que comúnmente llamamos corazonada y utilizamos nuestro cerebro límbico, el emocional.

Igualmente dejemos claro que, aunque nos volvamos expertos en la toma de decisiones nunca sabremos si es la decisión correcta y esto es parte de la incertidumbre que nos regala la vida, lo único que tenemos claro con certeza acerca del futuro es que algún día moriremos, nada más.

Las personas que en mi entender son expertas en tomar decisiones, son las que realmente viven la vida que quieren y toman decisiones sin importar lo que la gente diga.

Toda tu vida, aunque no lo creas, está dominada por el poder de la toma de decisiones. Tu salud mental y física, tus relaciones de pareja, familia y amistades, tu trabajo y demás dependen de tu habilidad para decidir.

No hemos tenido la suerte de que el sistema educativo enseñe esta habilidad, hacemos lo que podemos. Sin embargo, recolectando la información apropiada y aprendiendo ciertas disciplinas te puedes volver un tomador de decisiones muy eficaz.

Es necesario tener claro que el hecho de no postergar decisiones y tomarlas en su debido momento ordena tu mente, le da paz y por supuesto, esto se ve reflejado en tu mundo objetivo, en tus resultados.

La gente que fracasa en el desarrollo de esta habilidad está dominada por la indecisión y esta situación trae conflictos internos que nos crean una guerra mental que en psiquiatría se lo denomina como ambivalencia mental, que no es otra cosa que la coexistencia de dos sentimientos opuestos hacia un mismo objetivo. Si esta situación persiste en el tiempo te hará sentir abatido y no serás tan productivo como de costumbre. Tu mente permanecerá de forma obsesiva enfocada en ese dilema y no te dejará centrarte en otras cosas que merezcan tu atención. Es en este momento donde una decisión te puede cambiar la vida.

Al contrario de como piensa la gente indecisa, el hecho de no decidir significa que estas decidiendo no decidir y mantener esa disyuntiva y estado mental ambivalente con las consecuencias que conlleva.

Existe una ley universal básica llamada “Crear o Desintegrar” y dice que la indecisión lleva a desintegrar. Pensemos acerca de los sentimientos de indecisión que hemos tenido alguna vez: “Renunciar/Seguir”, “Hacerlo/No hacerlo”, “Confiar/No confiar”, “Dar/No dar”, “Decirlo/No decirlo y así podemos seguir… Aquellos que desean una vida plena deben entender que no hay manera de evitar tomar decisiones.

Aquí va un principio cardinal en la toma de decisiones: “Decide donde sea que estés, con lo que sea que tengas a mano”. No podemos esperar a que todo se dé de manera perfecta para que decidamos algo.

Una vez hayamos tomado la decisión, las circunstancias o recursos aparecerán. La decisión a nivel energético crea una frecuencia donde, sumado a la visión del resultado óptimo con su respectivo sentimiento, comienza a atraer las circunstancias necesarias.

Debemos saber que nuestros pensamientos influyen directamente en nuestras decisiones, por lo tanto, si lo tienes claro, no dejes que nadie te cuestione tus decisiones ni contamine tu mente con ideas de escases, miedo o duda.

Los grandes obstáculos que nos encontremos cuando tomemos importantes decisiones serán las circunstancias. Es aquí cuando debemos darlo todo expandiendo todo nuestro potencial. Ya Napoleón Hill en “Piense y hágase rico” nos decía que las circunstancias son el factor más importante a la hora de romper sueños y dejar metas sin terminar.

Cuantas veces nos hemos oído decir o decir a otros “Me encantaría hacerlo, pero no tengo dinero” o “No puedo porque…”  Las circunstancias a veces nos pueden hacer cambiar de planes, pero nunca permitir que nos alejen de tomar una decisión importante.

Siempre después de un “pero”, viene una circunstancia. Parafraseando a Napoleón Hill: “Circunstancias…  Yo las creo”, me encanta!!!

Cuando compramos algún ticket de avión o autobús, generalmente lo hacemos con antelación para evitar futuros problemas. Son decisiones adelantadas. Este mismo concepto lo deberíamos utilizar en el caso de estar haciendo dieta, la decisión de no comer cosas que me hagan engordar ya se tomó por adelantado y si voy a una fiesta, ya se cual será mi contestación cuando me ofrezcan algo que engorde. Así debes ser en muchas situaciones, ahorrándonos esa situación peligrosa cuando estamos al borde de caer en la tentación. Ni lo piensas, simplemente contestas NO.

Cuando la decisión está acompañada con la disciplina somos imparables.

Según el gran psicólogo humanista Dr. Abraham Maslow que entregó su vida al estudio de la gente auto-realizada confirmaba que una de sus características era que saben tomar decisiones y tenían ciertas cosas en común como: Hacían cosas que valían la pena y eran importantes. Ellas encontraban placer en el trabajo y lo disfrutaban. Y por sobre todo, en mi parecer, tenían valores, siendo estos cualidades en sus personalidades y vida misma que son realmente importante para ellos. Estos valores no estaban impuestos por la sociedad, ni por su familia, ni por la religión. Ellos tomaban sus propias decisiones. Tu vida es muy importante y corta. Tienes infinitos recursos, potencial y habilidades por desarrollar para vivir la vida que realmente quieras vivir. ¿Qué esperas para decidir? No hay mejor momento que el presente.

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