ADOLESCENCIA
Una guía para adolescentes y padres sobre cómo construir relaciones saludables y respetuosas.
Cuando somos adolescentes, las emociones parecen ser lo más importante. El primer amor, las amistades, los conflictos… todo se vive con mucha intensidad. Como alguien que también fue adolescente, me gustaría ofrecerte algunos recursos que me habrían servido en su momento para tomar decisiones más acertadas. Así que, si alguna vez te has preguntado si estás enamorado o enredado en una relación, este artículo es para ti.
La ciencia de las emociones: Entendiendo el cerebro adolescente
Para comprender cómo tomamos decisiones emocionales, es importante conocer cómo funciona nuestro cerebro. Sabías que este órgano increíblemente complejo está formado por tres partes que influyen en todo lo que hacemos?
El cerebro reptiliano: Este es el primero en evolucionar y se encarga de nuestras funciones más básicas, como la supervivencia y la reproducción. Aunque suena muy “primitivo”, este cerebro ha sido esencial para que lleguemos a ser la especie que somos hoy.
El cerebro emocional (límbico): Aparece después y se ocupa de procesar nuestras emociones. Es la parte del cerebro que nos hace sentir felicidad, tristeza, miedo, o amor. Sin embargo, este cerebro no es tan “sabio” como parece y, sobre todo, en los adolescentes, toma decisiones que muchas veces no están completamente alineadas con lo que realmente necesitamos.
El cerebro lógico (neocórtex): Finalmente, está el neocórtex, que es el encargado del pensamiento racional, la toma de decisiones y el autocontrol. Lo curioso es que este último no está completamente desarrollado hasta después de los 25 o 30 años, por lo que cuando somos adolescentes, no tenemos las “herramientas” completas para procesar nuestras emociones de forma objetiva.
¿Por qué las relaciones en la adolescencia son tan intensas?
La neurociencia ha demostrado que el cerebro emocional de los adolescentes tiene una gran influencia en la toma de decisiones, especialmente en áreas como las relaciones amorosas. A esta edad, la parte lógica del cerebro todavía está en construcción, por lo que es más fácil dejarnos llevar por lo que sentimos en el momento. Esto puede hacernos caer en relaciones que, desde el punto de vista racional, no son las mejores para nosotros.
Por ejemplo, ¿alguna vez te has sentido atraído por alguien solo porque “todo el mundo lo está”? Esto es el cerebro emocional trabajando, buscando aceptación, pertenencia, y validación. Pero, a veces, el deseo de ser aceptado o de estar en una relación nos puede hacer olvidar lo que realmente necesitamos y lo que es saludable para nosotros.
Identificando una relación sana: Lo que debes saber
Cuando estás en una relación, es fácil confundir el enamoramiento con una conexión profunda. Sin embargo, la clave para identificar una relación sana radica en la autenticidad y el respeto mutuo. Aquí te dejo algunas señales que te ayudarán a diferenciar una relación que te suma, de una que te resta:
Comunicación abierta y honesta: En una relación sana, puedes hablar de tus sentimientos sin miedo a ser juzgado. No hay secretos, y ambos comparten sus pensamientos y emociones de manera abierta.
Respeto por tu individualidad: Las relaciones saludables permiten que ambas personas sigan siendo ellas mismas. No necesitas cambiar para encajar. Si te sientes presionado a actuar de una manera que no es auténtica para ti, es una señal de alerta.
Apoyo mutuo: En una relación saludable, ambos se apoyan en sus metas, intereses y aspiraciones. Es un equipo donde se celebran los logros y se enfrentan juntos los desafíos.
Autonomía emocional: Aunque es natural sentir celos o inseguridades, en una relación sana, no se espera que la otra persona resuelva tus problemas emocionales. El bienestar emocional de cada uno es responsabilidad individual.
Consenso sobre límites: Establecer y respetar límites es fundamental. Las relaciones saludables incluyen espacio personal y la comprensión de que ambos deben sentirse cómodos, sin presiones o manipulaciones.
Cuando el cerebro emocional toma el control
Recuerda que, al estar en pleno proceso de desarrollo, tu cerebro emocional puede tomar el control en momentos de vulnerabilidad. A veces, el miedo a la soledad o la necesidad de encajar pueden nublar tu juicio. Es importante que desarrolles una mayor conciencia emocional para saber cuándo una relación no está siendo saludable para ti. Aquí es donde entran los recursos y las herramientas de la inteligencia emocional.
Una técnica útil es la autocompasión, que implica tratarte a ti mismo con la misma amabilidad y comprensión con la que tratarías a un buen amigo. Si te encuentras en una situación donde te sientes atrapado o infeliz, respira y evalúa la relación desde un lugar de calma. Pregúntate a ti mismo: ¿Me siento aceptado tal como soy? ¿Estoy sacrificando mi bienestar por estar en esta relación?
Reflexión final
No siempre es fácil identificar si estamos enamorados o enredados. La clave está en aprender a distinguir entre lo que nuestra mente racional sabe que es mejor para nosotros y lo que nuestra mente emocional nos impulsa a hacer. Como adolescente, tienes una increíble capacidad de crecimiento, y aprender a construir relaciones saludables es una de las lecciones más valiosas que puedes incorporar a tu vida.
Si alguna vez te encuentras cuestionando una relación, recuerda que el amor verdadero comienza contigo mismo. Una relación sana empieza con el respeto y el amor por quien eres, no por lo que crees que los demás esperan de ti.
Ejercicio práctico: Reflexiona sobre tus relaciones actuales
Tómate un momento para responder a las siguientes preguntas. Sé honesto contigo mismo y responde con la mente abierta.
¿Me siento aceptado tal y como soy en esta relación?
¿Puedo ser yo mismo sin sentirme presionado a cambiar?
¿Tengo espacio para mis propios intereses y actividades, o la relación ocupa la mayor parte de mi tiempo y energía?
¿Siento que tengo autonomía y libertad personal?
¿Me siento emocionalmente apoyada en esta relación?
¿El otro se preocupa por mis sentimientos y bienestar?
¿Cómo me siento después de pasar tiempo con esta persona?
¿Me siento feliz y energizado, o agotado y triste?
¿Confío en esta persona y en mi capacidad para comunicarme abiertamente con ella?
¿Puedo expresar mis emociones sin temor al juicio o rechazo?
¿Hay respeto mutuo en cuanto a mis límites emocionales, físicos y personales?
¿Mis límites son respetados, o me siento presionada a sobrepasarlos?
¿Me siento más segura y confiada después de estar con esta persona, o más insegura y dudosa de mí misma?
¿Esta relación me da confianza o me hace dudar de mi valor?
¿Tengo miedo de perder esta relación, o siento que soy capaz de seguir adelante si es necesario?
¿Estoy buscando aceptación, o estoy siendo yo mismo/a?
¿Esta relación contribuye a mi crecimiento personal, o me mantiene estancado/a?
¿Me inspira a ser una mejor versión de mí misma?
¿Cómo manejamos los desacuerdos?
¿Nos tratamos con respeto incluso cuando no estamos de acuerdo?
Estas preguntas invitan a una reflexión profunda sobre el tipo de relaciones que están cultivando y les ayudan a tomar conciencia de lo que realmente necesitan para estar emocionalmente sanos y en relaciones que los respeten.
¿Estás listo para transformar tus relaciones y tomar decisiones más conscientes?
Si sientes que es el momento de aprender a identificar lo que realmente te beneficia y construir relaciones más saludables, las sesiones de coaching personalizadas son para ti. Juntos, podemos trabajar en tu desarrollo emocional y ayudarte a tomar las riendas de tu vida y tus relaciones.
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