El efecto placebo es el gran indicador que tu capacidad para sanarte comienza en tu mente.
El efecto placebo es uno de los factores más fascinantes en toda la medicina. La gran mayoría de la población ha olvidado que nuestro cuerpo es nuestro templo. Muchas personas cuidan más su coche que su cuerpo y esto me parece penoso. Así como cuando el coche se avería lo llevan al mecánico, de la misma manera sucede cuando tienen alguna dolencia o síntoma y van al médico. Pretenden que éste les cure sus dolores por medio de medicamentos, como por arte de magia. Cabe aclarar, por si alguien todavía no lo sabe que, en muchos de los casos, la medicación va dirigida a quitar el síntoma, no así el origen.
Hasta no hace mucho se creía que nuestra vida estaba regida totalmente por nuestra herencia genética. Hoy día, gracias a la epigenética, una ciencia relativamente nueva, se puede confirmar que no somos un reflejo de nuestros genes, sino que la influencia de nuestro medio ambiente determina la activación o supresión de ciertos genes.
Entiéndase medio ambiente como pensamientos, emociones, sentimientos, creencias, hábitos, dieta, cultura, educación, actividad física, etc.
Ejemplificando, podríamos suponer que si un niño nacido en una familia de obesos seguramente tendrá genes que lo predispongan a ser obeso. Pero resulta que éste niño ha sido adoptado desde muy pequeño por una familia de deportistas que desde pequeño lo habitúan a una dieta súper nutritiva y actividad física como estilo de vida. Este niño seguramente no será obeso, sino todo lo contrario.
Existen pruebas científicas que han hecho con pacientes con una misma enfermedad suministrándoles unas pastillas compuestas por azúcar, sin ellos saberlo, que prometían su curación. Como resultado de estas pruebas la mayoría se curaban.
Estas pruebas se han llamado efecto placebo y han testimoniado que no se curaban por el efecto de la pastilla, dado que no estaban compuesta por ninguna droga destinada a mitigar la enfermedad, sino que se curaban por el efecto que tenía en ellos la creencia de que se curarían tomando esa pastilla. Se dice que por lo menos un tercio de todas las intervenciones médicas son eficaces por el efecto placebo.
Esto nos lleva a deducir que el efecto placebo sería a consecuencia de pensamientos positivos.
Ahora que sabemos esto, la pregunta es: ¿Y qué pasa con los pensamientos negativos?
Así como los pensamientos positivos afectan nuestro organismo para bien, los negativos nos afectan de forma contraria, para mal y a esto, se le llama “Efecto Nocebo”.
Se dice que el estrés es causa del 90% de visitas al médico.
Ante el estrés, en nuestro inconsciente, el cerebro reptiliano entiende que corre peligro, por lo tanto, toda nuestra energía es dirigida a nuestras extremidades, pies y manos, para huir o luchar. Nuestro organismo comienza a producir cortisol para incrementar el nivel de azúcar en sangre, y así poder disponer de más energía. Una de las consecuencias directas del cortisol es que suprime la energía destinada a nuestro sistema inmune dejando como consecuencia un organismo expuesto sin defensas.
Los psicólogos dicen que el 70% de nuestros pensamientos suelen ser negativos.
Existe mucha gente que sufre estrés crónico, esto significaría que lleva mucho tiempo con un sistema inmune trabajando con muy poca energía, lo que lo dejaría como consecuencia un organismo expuesto a diferentes enfermedades.
Es necesario saber y tener muy presente que, tanto si tenemos pensamientos positivos al igual que pensamientos negativos, estos influyen en nuestra biología.
Aunque nuestra mente sea compleja, no puede tener pensamientos positivos y negativos a la misma vez.
Sabiendo esto, te sugiero que comiences a tener en cuenta tu medio ambiente, decidiendo hacer más de lo que te gusta y te hace bien y dejando de lado pensamientos, emociones, gentes, situaciones y noticias que disturben tu paz mental.
Solo se trata de controlar tus pensamientos, saber lo que quieres y crear tu vida soñada, lo demás, es parte de la vida y hay que vivirla de la mejor manera que podamos.
Fuentes: “El placebo eres tú” Joe Dispenza .
“La biología de las creencias” Bruce Lipton
