Según la física cuántica la energía se puede manifestar de dos formas, como frecuencia de onda o como materia.
Ante todo, deberíamos coincidir en el hecho de que todo está conformado por energía. La física Newtoniana dice que toda la materia incluidos nosotros estamos compuestos por átomos y éstos en su interior contienen protones, neutrones y electrones. Su núcleo está compuesto por protones y neutrones y fuera de éste está lleno de electrones.
Ahora vamos a suponer que, analógicamente, un átomo es como el planeta tierra de grande, entonces proporcionalmente, su núcleo será como una manzana. ¿Lo podemos visualizar?, perfecto!
Para reforzar esta visión vamos a decir que el porcentaje proporcional del 0,00001% pertenece al núcleo que está compuesto por materia y el resto 99,99999% pertenece al espacio exterior al núcleo, compuesto por electrones. Esto significa que, en su gran mayoría, nosotros y el planeta, somos energía.
Nuestro Sistema Nervioso Central funciona impulsado por energía eléctrica y gracias a ésta podemos crear las sinapsis necesarias para mantener la homeóstasis, que es el trabajo inconsciente realizado por nuestro cuerpo para mantenernos con vida. También esta energía la usamos para pensar y actuar. Estos campos eléctricos están formados por una frecuencia o longitud de onda y el efecto que tiene sobre un organismo dependerá de su frecuencia.
Si la gran mayor parte del todo es energía, significa que nuestros pensamientos son también energía. Y lo podemos demostrar puesto que para pensar utilizamos glucosa, que son hidratos de carbono metabolizados para producir energía y según el principio de conservación de la energía que dice que, la energía no se crea ni se destruye; solo se transforma de unas formas a otras, podemos reconfirmar lo antes afirmado.
Estos pensamientos, al ser energía, crean campos eléctricos y electromagnéticos que se caracterizan por su vibración. Tu vibración personal, que no es estática, sino que está oscilando permanentemente, generada por tus pensamientos conscientes e inconscientes condicionan la manera en que siento y vivo mi vida.
También tu vibración según Penney Peirce en su libro Frecuency está afectada por la vibración del planeta y por otras gentes.
Tu vibración puede mejorar increíblemente en la medida de que tomes el control de tu vida, que seas honesto hacia tus necesidades, autentico en tus decisiones y vivas la vida que te hace feliz realmente. Al mejorar tu vibración, tu intuición y claridad serán superiores. También mejorará tu creatividad y habilidad para innovar. Materializarás de forma fácil tus proyectos teniendo acceso a los recursos necesarios como por arte de magia.
Al tener una vibración más alta crecerá nuestra capacidad para sentir de manera intuitiva la sincronicidad que rige el universo y así, poder obtener información y visión que nos aventajará en nuestros logros personales.
A medida que siga creciendo nuestra frecuencia vibratoria también comenzará a sanar nuestro cuerpo y emociones, se romperán bloqueos inconscientes sostenidos por emociones de frecuencias bajas basadas en el miedo, escasez, dudas, etc.
Vivimos en un mundo dual dominado por polaridades, bueno-malo; vida-muerte; blanco-negro; lindo-feo; escasez-abundancia, etc. Estamos oscilando entre estas dos polaridades. Nuestra misión es encontrar el equilibrio. Desde ya que no será estático, energía es movimiento. Seguiremos pendulando entre los extremos, aunque cada vez será más cerca del centro.
Finalmente, el universo responde a la frecuencia en que nos encontramos, él no reconoce ni nuestros deseos ni necesidades, solo reconoce la frecuencia en la que estamos vibrando. Supongamos que estés vibrando en una frecuencia de miedo, culpa o escasez, vas a atraer situaciones que vibren de manera similar correspondiendo a esa misma frecuencia. De forma contraria, si vibras en frecuencias de felicidad, abundancia o empoderamiento, atraerás situaciones que te lleven a vivir estos conceptos.
Demostrándolo de forma semejante, si queremos oír una emisora de radio determinada, deberemos sintonizar su frecuencia, lo mismo pasa en nuestra vida, debemos sintonizarnos en la frecuencia de la manera en que queremos vivir y mantener nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y acciones alineadas con ésta.
Aunque no te lo creas, tu situación de vida no depende de las circunstancias, sino de tu vibración. Y si nos encontramos más presentes en el Aquí y Ahora, podremos controlar nuestros pensamientos y así, nuestra vibración.
