EL PODER DEL ENFOQUE

Vivimos en la era de la información. Estamos bombardeados por diferentes medios tecnológicos con información de todo tipo. Estos estímulos exteriores nos causan sensaciones que determinan nuestro estado de ánimo. Debemos aprender a elegir consciente y responsablemente en qué nos enfocamos si queremos tener una vida plena y feliz.

En el año 2015 Microsoft ha hecho un estudio donde señalaba que el tiempo de atención de un estudiante era de 8 segundos. Al mismo tiempo, sabemos por experiencia, que los seres humanos tenemos una capacidad innata para enfocarnos en cosas que nos interesan.

Para comprendernos un poco más necesitamos saber que nuestra mente está compuesta por una parte consciente y otra inconsciente. La consciente utiliza, en una persona promedio, entre un 3% a un 5% del cerebro. El 97% a 95% restante es inconsciente. Una de las tantas particularidades de nuestro inconsciente es que no es selectivo, esto significa que si, por ejemplo, oye algo, se lo cree. Es totalmente inocente, como un niño. El consciente, a diferencia de éste, no lo es. Él decide que creer o no.

Supongamos que vemos una película de terror y nos metemos en el papel protagonista. En el momento que la peli se pone fea, para controlar el miedo reconocemos al instante que no es real, es solo ficción. Este es nuestro cerebro consciente selectivo. Pero seguro alguna vez nos ha pasado que luego de ver la peli, esa noche sufrimos pesadillas y éstas, formando parte de los sueños, suceden en nuestro inconsciente. Esto nos demuestra que éste no es selectivo, se creyó la película de terror y luego la soñó. Con esto quiero demostrar la importancia que tiene a qué le prestamos atención, en qué nos enfocamos y como responde nuestra mente al respecto.

No hay nada más dañino a la hora de realizar una tarea importante de forma eficaz y eficiente que la falta de foco y claridad en lo que deseas obtener.

Para tener éxito en cualquier área de nuestra vida, debemos mantener nuestra atención enfocada en lo que queremos, en nuestro objetivo y para lograrlo necesitamos tener un método que nos ayude a hacer frente a las distracciones.

Mantener la atención centrada en una terea no es algo que venga de forma natural, requiere aprender y practicar esa habilidad. Como todo, se trata de un proceso en el cual debemos darnos cuenta de que nos distraemos fácilmente y esto no nos deja ser tan productivos. A partir de aquí sabemos que deberíamos mejorar la habilidad de enfocarnos. Y ésta depende de lo bien que evites y elimines distracciones.

A la hora de enfocarnos conscientemente necesitamos tener claridad acerca de lo que queremos conseguir y tener un plan de acción, una estrategia que nos permita priorizar las tareas que debemos realizar y a partir de aquí, enfocarnos plenamente sin distracciones en nuestra visión nos garantizará más chances de éxito.

Gracias a la neurociencia conocemos cada vez más como funciona nuestro cerebro y sus recursos. Al centrar nuestra atención en algo fijamente, comienza a trabajar el “S.A.R.A” (Sistema Activador Reticular Ascendente), una estructura de nuestro tallo encefálico que se encarga de nuestro ciclo circadiano, entre otras funciones. También influye en nuestras funciones cognitivas y sistema de creencias. A la hora de establecer metas, analizar posibilidades y crear tu plan de acción estarás trabajando directamente con el S.A.R.A y así, tus expectativas de conseguir tu objetivo se consolidarán y podrás concluir tu logro.

Debemos estar permanentemente enfocados en tu visión del objetivo concretado y así, el S.A.R.A potenciará tu confianza y creencia positiva al respecto.

Dicen que vemos solo un 2% de la realidad, nuestra mente está tan dispersa que no nos deja ver las oportunidades que a veces tenemos en frente a nuestros ojos. Cuando estamos enfocados en nuestra meta, nuestro sistema reticular trabaja de manera tal que comenzamos a ver cosas que siempre estuvieron ahí y antes no veíamos. El ejemplo más claro está en las parejas que quedan embarazadas y comienzan a ver mujeres embarazadas por doquier.

Este sistema nos ayuda a encontrar los recursos necesarios para desarrollar y lograr nuestro objetivo. Este proceso creará una asombrosa fuerza de enfoque que atraerá más ideas, soluciones y resultados.

Debemos saber que nuestro cerebro, primariamente fue creado con la misión de sobrevivir.

Para entenderlo mejor: nuestro cerebro se divide en tres, el reptiliano, primero a nivel evolutivo, luego le siguió el límbico o emocional y por último el neocortex o racional.

Nuestro cerebro reptiliano, a pesar de ya no vivir en la prehistoria sigue dirigiéndonos de forma inconsciente, esto significa que él solito se enfoca en lo negativo con la intención de no correr riesgos, va a lo seguro, le encanta la zona de confort y es perezoso, procurando siempre protegerte de riesgos innecesarios y guardar energía en caso de atacar o huir. Su interés no es tener éxito en sus proyectos, sino sobrevivir.

Muchas veces solemos enfocarnos en lo que no queremos en vez de en lo que realmente queremos. Sabiendo toda esta información y reconociendo nuestros recursos, es hora de reflexionar acerca de la vida que queremos tener y crearla de una vez por todas. Enfócate en tu mejor yo y actúa!

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